La terapia es un proceso de comunicación entre un psicólogo y su paciente, el objetivo es mejorar su calidad de vida a través de un cambio tanto en su comportamiento, como en actitudes y pensamientos. De esta forma conseguimos modificar la respuesta emocional de la persona.
En general, una terapia psicológica consta de 4 fases: Evaluación, Hipótesis,Terapia y Seguimiento:
La segunda fase es la de exposición al cliente de la hipótesis explicativa. Cuando el psicólogo ya tenga toda la información sobre cómo se originó el problema y, sobre todo, cómo se está manteniendo actualmente, explicará al cliente en qué va a consistir la terapia y qué técnicas se van a utilizar.
Esta fase dura habitualmente una sesión.
Superadas las dos anteriores fases, comienza la terapia. El terapeuta es cuando enseña estrategias concretas para superar el problema. Estas técnicas se aprenden durante las sesiones terapéuticas y entre sesión y sesión, se debe practicar lo aprendido para así aumentar la rapidez y la automatización de las nuevas habilidades.
No se puede establecer en esta fase un número de sesiones. Dependerá del problema a tratar y de otras variables ( motivación de la persona, enfermedades que pueden surgir durante la terapia, otras áreas psicológicasa trabajar...)
La última fase es la de seguimiento. Es decir, cuando el cliente aplique con éxito lo aprendido en terapia en situaciones difíciles y el problema empieze a desaparecer, comenzarán a distanciarse
las sesiones.
La finalidad de la terapia es conseguir que la propia persona controle y decida en su propia vida sin depender o necesitar siempre el apoyo de un psicólogo.
El objetivo es crear independencia y seguridad poco a poco, comprobando que uno puede enfrentarse por sí mismo a los problemas.
El psicólogo durante esta fase y hasta corroborar la mejoría de la persona, se comunicará vía email, telefónica o realizando sesiones cortas, como elija el cliente.